
Iglesia Evangélica Pentecostal
La Puerta Abierta Cristiana
QUIENES SOMOS?


«Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» (Mateo 18:20)
Nuestra confesión de fe está basada en la Palabra de Dios y se detalla a continuación:
Artículo 1: DIOS
Creemos en un solo Dios, existente desde toda la eternidad en tres personas, el Padre el Hijo y el Espíritu Santo, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible, revelado en Jesucristo el Hijo único, a través de las Escrituras.
Referencias bíblicas: 1 Corintios 8 v 6, Colosenses 1 v 16, Hebreos 1 v 2, Mateo 28 v 19, 2 Corintios 13 v 1.
Artículo 2: Las sagradas escrituras
Creemos que las Escrituras, que constan de los sesenta y seis libros del Antiguo y Nuevo Testamento, son la Palabra de Dios; obtienen su inspiración y autoridad únicamente de Dios; son infalibles y la única norma para la vida y la fe de la Iglesia.
Referencias bíblicas: 2 Timoteo 3 v 15-17, 2 Pedro 1 v 20-21, 1 Corintios 15 v 1-2.
Artículo 3: El ser humano
Creemos que el hombre y la mujer fueron creados por Dios a su imagen y semejanza. Los seres humanos, creados puros e inocentes, cayeron en el pecado por la transgresión voluntaria, y también cayeron en la desobediencia bajo la influencia de Satanás; y toda la humanidad se ha apartado de Dios y permanece bajo el dominio del pecado y en condenación. Creemos que los seres humanos son amados por Dios y están llamados a cambiar sus vidas y convertirse para restablecer una relación verdadera y justa con Dios y su prójimo. Creemos en la dignidad de la vida y del cuerpo humano, del matrimonio y de la familia, de la educación y del trabajo, tal como proclaman y protegen los mandamientos de Dios.
Referencias bíblicas: Génesis 1:6, Génesis 3:17, Romanos 5:12, Hechos 3:19, Hebreos 13:4, Efesios 6:1-4
Artículo 4: jesucristo
Creemos en Jesucristo, el único Hijo de Dios manifestado en carne, nacido de una virgen, María de Nazaret, por el poder del Espíritu Santo, que vino del Padre con naturaleza divina y humana sin pecado. Murió crucificado para el cumplimiento de las Escrituras y según el plan determinado de Dios. Creemos en el sacrificio de su vida perfecta ofrecida una vez por todas en la cruz, y por el cual tenemos el perdón de nuestros pecados, la reconciliación con Dios, para que tengamos vida eterna.
Creemos en su resurrección de entre los muertos, en su ascensión corporal al Padre, en su autoridad suprema y en su mediación ante el Padre en favor de los hombres.
Creemos que Jesucristo aparecerá una segunda vez para traer la iglesia a su reino eterno, para resucitar a todos los muertos y para juzgar a los vivos y a los muertos, pero nadie sabe el día ni la hora de su venida.
Referencias bíblicas: Gálatas 4:4, Filipenses 2:6-11, 2 Corintios 5:19, Romanos 8:34, 1 Tesalonicenses 4:16, Mateo 24:30-36
Artículo 5: La salvación
Creemos que todo ser humano puede ser perdonado de sus pecados y así llegar a ser justo ante Dios, y esto sólo por la gracia de Dios que recibimos únicamente mediante la fe en Jesucristo.
Creemos que a todo hombre, justificado por la fe, se le da la oportunidad de alejarse de sus pecados y vivir una vida santa y pura mediante la obra del Espíritu Santo y la Palabra de Dios que mora en él.
Creemos que el bautismo, ordenado por Jesucristo, - significando, por inmersión, muerte y resurrección _, es el testimonio de la fe, del libre compromiso con Jesucristo y su Palabra, y del paso de la muerte espiritual a una vida nueva con Dios.
Referencias bíblicas: 2 Timoteo 3 v 15-17, 2 Pedro 1 v 20-21, 1 Corintios 15 v 1-2.
Artículo 6: EL Espíritu Santo
Creemos en el Espíritu Santo, la presencia soberana de Dios que inspiró a los profetas y apóstoles de la Biblia. Él habita en el creyente para revelarle en Jesús, el enviado del Padre, las verdades de la Escritura, y comunicarle amor, sabiduría y paz.
Creemos que el bautismo en el Espíritu Santo es una promesa. Para los cristianos de todas las edades; Es dada por el Padre y el Hijo, y se manifiesta hablando en lenguas como en el día de Pentecostés, según el relato del Nuevo Testamento. Creemos que el bautismo en el Espíritu Santo es una gracia que edifica a la Iglesia en su piedad y le da fuerza para su misión: proclamar el Evangelio a todas las naciones.
Creemos en los dones espirituales (o carismas) citados en las Escrituras, y que el Espíritu Santo concede a la Iglesia, para ayudar y edificar su piedad. Creemos que los dones del Espíritu Santo deben ejercerse en la Iglesia, según la dignidad y el orden que manda el Nuevo Testamento. El bautismo en el Espíritu Santo y los diversos dones espirituales dejan a los creyentes que los manifiestan dueños y responsables de sí mismos; y nunca fomentan la extravagancia, ni conductas o enseñanzas contrarias a las Escrituras.
Referencias bíblicas: Juan 16:13-15, Gálatas 5:22, Hechos 2:4-8, Hechos 2:38-39, Hechos 1:8, 1 Corintios 14
Artículo 7: La Iglesia
Creemos que la Iglesia es la asamblea de creyentes que guardan la fe en Jesucristo, el testimonio y la enseñanza de los apóstoles, así como la oración.
Creemos que la Iglesia es edificada por Jesucristo, su cabeza suprema. Sus siervos tienen la misión de enseñarla, para que dé testimonio de fe, de esperanza y de amor a los hombres y mujeres de este mundo, mediante la presencia de Dios.
Creemos que la Iglesia local es la expresión visible de la Iglesia universal que es el cuerpo de Cristo, y que no puede ser delimitada por las denominaciones religiosas del cristianismo. A través de sus Asambleas en torno a las Sagradas Escrituras, construye y realiza su unidad de fe, su vida de piedad y su vocación misionera.
Creemos que la comida de la Cena del Señor, instituida por Jesucristo, debe perpetuarse en la Iglesia hasta su venida, con pan y vino, en memoria de su muerte expiatoria como signo de comunión con Cristo Salvador, como celebración y acción de gracias por el amor de Dios Padre.
Artículo 8: La esperanza
Creemos que aquellos que mueren con fe en Jesucristo están con el Señor al morir, esperando la resurrección. Creemos en la resurrección de todos los humanos y en el juicio final. Aquellos que creen en Jesucristo vivirán eternamente en el Reino de Dios. Aquellos que se rebelan contra Dios sufrirán el castigo eterno descrito en el Evangelio de Jesucristo.
Referencias bíblicas: Lucas 23:43, 2 Corintios 5:1-10, 1 Corintios 15:42-44, Apocalipsis 20:11-15
Creemos que la oración por la curación de los enfermos es una misión de la Iglesia que está asociada con la predicación del Evangelio. Esta oración puede ir acompañada de los gestos simbólicos de la imposición de manos o de la unción con aceite, según las enseñanzas de Jesucristo. Sin oponerla a la medicina y sin fanatismo, creemos que la oración por los enfermos y afligidos tiene siempre su lugar en el anuncio del Evangelio del Dios compasivo.
Referencias bíblicas: Hechos 2:41-42, Efesios 4:11-15, Mateo 26:26-29, 1 Corintios 10:16-17, Marcos 16:15-18, Santiago 5:14

¿Qué puedes esperar?
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Servicios dinámicos: Nuestras reuniones están llenas de energía, música inspiradora y mensajes relevantes para la vida cotidiana.
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Enseñanza práctica: Nuestro pastor y lideres comparten enseñanzas bíblicas que te desafiarán a crecer en tu fe y vivir una vida con propósito.
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Comunidad acogedora: Desde el primer momento en el que entras por nuestras puertas, te sentirás bienvenido y parte de nuestra familia,
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Oportunidad para servir: Descubre tus dones y talento y únete a nosotros para marcar una diferencia en nuestra comunidad y mas allá.
¡Únete a nosotros!
Te invitamos a visitarnos en nuestro próximo servicio. ¡Esperamos conocerte!

Salmo de bienvenida a la casa de dios:
Oh, casa de Dios , morada de amor y gracia, a ti venimos, peregrinos de la vida, sedientos de tu presencia, hambrientos de tu palabra.
En tus muros resuenan nuestras alabanzas, en tu atrio se comparte la fe, en tu mesa se celebra comunión.
Aquí encontramos consuelo en la tristeza , aquí hallamos fuerza en la debilidad, aquí recibimos esperanza en la desesperación.
Tus puertas están abiertas a todos, Porque en tu corazón , oh Dios mío, no existe distinción.
Oh, casa de Dios, faro de luz en la oscuridad, guíanos por tus caminos santos, llenos de felicidad, llénanos de tu Espíritu Santo.
Que nuestra estancia en ti sea un encuentro contigo, un renacer en el amor, un impulso para servir con el corazón.
Amen.
